por Katia Ibáñez

Cómo decíamos en el artículo de la semana pasada, la primera cosa que podemos hacer cuando la circunstancia en la que nos encontramos no es cómoda para nosotros, es intentar cambiar dicha circunstancia.

Y, ¿qué pasa si eso no es posible? ¿Qué sucede si el cambio está fuera de nuestras manos o sencillamente es imposible? La respuesta es muy simple. Ámala. Ama tu circunstancia así como es, así como está, así de imperfecta, caótica, incómoda, loca, descontrolada, imposible o dura que sea, ÁMALA.

O dicho de otra forma, hazte la siguiente pregunta: ¿Qué quería lograr cuándo ELEGÍ esta circunstancia en particular? ¿Cuál era mi meta? Recuerda y recupera el para qué te metiste en donde estas.

Es viernes, está lloviendo, el lector de CD de tu carro no sirve y estás atorado en el peor tráfico que te ha tocado. Estás ahí por que vas camino a ver a tu novia, entonces eliges amar lo más que puedas ese tráfico por que llegar a tu destino y verla, valen la experiencia de pasar por ese horrendo caos vial.

Son las 11 de la noche y sigues en la oficina haciendo un reporte que no es urgente, sin embargo sabes que a tu jefe, ese que te dio tres días libres cuando murió tu mamá hace dos meses, le ayudaría mucho tenerlo listo y poder mandárselo a su jefe e impresionarlo. Así que decides amar estar en la oficina a las 11 de la noche por que corresponder su gesto amable sigue siendo más importante que la hora.

Aunque pediste tu orden de papas fritas sin catsup, la mesera las trajo con catsup. Decides que tienes más hambre que ganas de cambiarla, y te la comes Y LA DISFRUTAS, con todo y catsup.

Elegir la opción de “Ámalo” significa negociar contigo mismo. Significa decidir que por esta ocasión, por este momento, por ahora, puedes con esa incomodidad, caos, imperfección o como quieras llamarle. Significa que te sientes lo suficientemente seguro para quedarte ahí y quedarte bien. Significa que lo que estás buscando, es decir, lo que viene después (o para ser más precisos, lo que esperas que suceda después) es mejor o más importante que la circunstancia actual. Así que decides conscientemente mantenerte en donde estás, seguir el mismo rumbo, tomar tu presente tal cuál es y amarlo. Elegir amar tu circunstancia presente quiere decir que reconocer que no es perfecta o que no es tal cuál la habías imaginado es suficiente. Que así como está, por este preciso momento, esta bien.

Amarlo también significa estar dispuesto a retar tus construcciones de realidad internas respecto a la persona, situación y explorar otras dimensiones. Elegir poner el foco en lo que si hay, en lo que te parece interesante, en lo que valoras de esta situación. Amarlo significa hacer de esta situación la mejor que puedas. Amarlo significa que no te reste capacidad de vivir, disfrutar y experimentar una buena vida.

¿Qué pasa si eso se acaba? ¿Qué pasa si reconocer la incomodidad o el caos o lo que sea deja de ser suficiente? ¿Y que hago si de plano no encuentro forma de amar mi circunstancia presente? ¿Qué pasa si no importa lo que venga después el momento actual es insoportable? De todo esto, hablaremos la siguiente semana.

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