Por Javier Barbero

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No tengo pelos en la cabeza, por eso no me convertí en puerco espín. Mi organismo respondió al “darme cuenta” con un serpenteo de frío por toda la espalda. Tragué saliva.

Frente a mí Michael Blumenstein se acomodaba sus gafas con armazón rojo y miraba a Katia Del Rivero con una mueca en los labios parecida a una sonrisa cómplice. Y fue entonces que conocí el concepto de la “forma”.

He tenido muchas maneras de asimilar información y de construir mi aprendizaje, aunque muy pocas veces “eso” aconteció por conmoción física. El concepto teórico no me sacudió en sí mismo. Lo que me movió tanto fue caer en la cuenta de lo que había estado haciendo como coach al no tener tan brutalmente clara la distinción entre “forma y contenido”.

Desde ese taller de Formación sobrevino una época de especial atención sobre las implicaciones de mi hablar y de mi escuchar. Me di cuenta que, por lo general, cuando planteaba preguntas a clientes o personas de mi entorno, insertaba contenido con lo cual ya determinaba un condicionamiento en la respuesta del oyente.

Un ejemplo muy sencillo. En lugar de un “¿Cómo te sientes este día?” tal vez expresaba “¿Te sientes bien el día de hoy?

El “¿cómo te sientes este día?” es una pregunta FORMA. Es como una copa vacía, un cántaro, un recipiente que le permite al oyente traer su propio CONTENIDO (“Me siento bien” “Me siento incómodo” “Me siento insatisfecho” ).

En la pregunta “¿Te sientes bien el día de hoy?” yo mismo incluyo un contenido (“bien”) que de manera inevitable condiciona la percepción y la respuesta de quien me escucha.

Aprender a trabajar como coach con FORMAS (copas vacías) me regaló la maravilla de crear un espacio de profundo respeto hacia mis clientes. Brindar FORMAS –desde mi interpretación- es contribuir con el diseño de un espacio de validez a lo que trae el otro ser humano como “contenido” en el marco de una sesión o taller de coaching. Brindar FORMAS es una FORMA en sí misma que en lo profesional me ha permitido potenciar procesos y crear conversaciones minimizando la inducción, la interpretación y las proyecciones desde mi rol como Coach.

Por supuesto que también desde otros roles sociales la distinción de la FORMA me ha permitido ser cuidadoso en esto tan sutil que tiene el “lenguejear” (al decir de Maturana) y que a veces, puedo hacer consciente y otras tantas veces, sencillamente no lo logro porque fluyo en mi vivir y no siempre me miro mientras soy. Por ejemplo, puedo decir que le he ofrecido en algunas ocasiones “copas” vacías a mi madre y a mi ex pareja y a mis amigos. Me gusta ver que en donde yo hubiera jurado que Fernando pondría “vino” él se permitió traer su legítimo “jugo de naranja”.

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Michael… maestro, gracias por tus cientos de FORMAS que le dieron espacio a mi ser y a mi hacer profesional. Te honro cada vez que te recuerdo… palabra que proviene del latín ricordis que significa “volver a pasar por el corazón”.

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