Por María Guadalupe Gómez

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Con este cuestionamiento empezaré este breve artículo para rendir tributo a la Teoría de Michael Blumenstein y a su creador.

Cuando escuché la palabra “Suficiencia” por primera vez fue a través de Ericka Castillo, una excelente profesionista que me introdujo al tema de la “Familia como nuestro primer sistema social”, y me invitó a participar en el diplomado de Desarrollo Humano.

Yo era entonces coach ontológico y por supuesto que me hizo ruido la palabra. No lograba entenderla más allá de “ser capaz”, ser capaz para hacer cosas…

En el siguiente Módulo de ese mismo diplomado conocí a Katia del Rivero y Michael Blumenstein hablando de “la Suficiencia y el Desamparo”. Entonces me pregunté como coach, ¿eso será como la autoestima?

Recuerdo que en las asesorías y acompañamientos que realizaba con personal que quedaba desempleado o se retiraba de la empresa con más de 50 años, o a un líder que no sabía cómo hacer equipo y los veía muy tristes sin saber cómo enfrentar el futuro (hoy diría la incertidumbre) desde el perfil profesional que yo tenía en ese momento me decía: “Guadalupe éstas personas deben tener la autoestima muy baja”.

En el acompañamiento, además de aplicar ejercicios para que se dieran cuenta de todo lo que tenían a su favor (capacidades, habilidades, experiencia etc.), trataba de que vieran un futuro favorable y lleno de posibilidades. Había momentos que no sabía cómo y dejaba que ellos describieran el mejor escenario posible. Cuando terminaba el acompañamiento los veía más seguros (claro, en mi construcción de realidad de ese momento) entiendo que, desde mi corazón, hacía lo mejor que podía para levantarles el ánimo y se retiraban convencidos de que su futuro podría ser diferente.

Cuando conocí a mis maestros yo pasaba por un momento de vida muy doloroso y mis recursos como coach ontológico no me resultaban para nada un soporte. Me sentía justo como veía a mis asesorados ¡muy triste! y me decía “mi autoestima está por el suelo”.

Conforme fue pasando el tiempo, entendí y sentí la “suficiencia” y pude distinguir el profundo desamparo en el que había caído. De hecho, entendí que no es el término correcto hablar de autoestima baja, alta, negativa o positiva, y que además te apliquen cuestionarios de medición, o hablar así del tema es como calificar o descalificar a la persona.

Hoy, con todos los recursos que me aportó la Teoria Blumestein, mi mirada sería totalmente diferente: facilitaría procesos y ofrecería formas para que las personas logren salir del desamparo mirando “su suficiencia para enfrentar la incertidumbre”.

Como decía Michael, “la veas o no la veas, lo creas o no lo creas, lo sientas o no lo sientas, tu suficiencia está ahí, solo tienes que mirarla”.

Gracias infinitas a mis maestros y compañeros de Visión Sistémica.

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