Por Elmar Dornberger

English Version

Desde hace algunos años me he involucrado con la tecnología ViSi y a la fecha, sigo aprendiendo sobre la complejidad del pensamiento de la Teoría Blumenstein.

Hoy me gustaría hablar de un tema que aunque es pequeño ha tenido un profundo impacto en mi comunicación e interacción con otros: “Contribuciones”.

Con “contribución” me refiero a cómo interactúo con otros y cómo interactúan los demás conmigo; individualmente o en un grupo. Nuestra participación, convivencia, ser parte de, etc.

Por medio de la ciencia, hoy entendemos que cada quién tiene sus propios filtros de percepción, o neurotransmisores que procesan la información que se les da a través de los cinco sentidos: oído, vista, tacto, gusto y olfato.

Entonces, todo aquello con lo que contribuyo pasa a través del filtro de alguien más. Lo que realmente perciben no está en mi control y no es transparente para mí, puesto que yo me encuentro fuera de su percepción. Yo doy la señal, — quizá en estéreo — y su receptor puede estar sintonizado en mono (ya que otros canales están siendo usados para recibir más cosas simultáneamente como: un bebé llorando o una televisión encendida o una conversación sucediendo en otra habitación). Podría ser tan sencillo como una persona teniendo un diálogo interno, “¿qué debería preparar para cenar?”, “wow, este tipo me está aburriendo en serio con sus cosas teóricas”.

Así que aquí me encuentro con mis buenas intenciones de iluminar a esta persona y yo no tengo idea de si está aterrizando. Aún cuando alguien esté asintiendo o contestando con “Oh sí, claro”.

Entonces, ¿cómo sabemos si algo aterrizó? Yo diría que una señal sería “si la pelota regresa”, por decirlo de alguna manera. Como jugar ping pong, el juego solo es interesante si la pelota va y viene. Claro que algunas veces queremos ganar y no queremos que la pelota regrese. Si eso pasa demasiado seguido, entonces ya nadie querrá jugar con nosotros. Entonces terminamos como Forrest Gump, jugando contra la pared, completamente solos.

Para que una relación pueda profundizar y ser satisfactoria tenemos que observar nuestras contribuciones y la forma en la que contribuimos. Escuchar detenidamente, a veces llega a ser más importante que hablar. Es la respuesta que estoy obteniendo “en línea” con mi contribución. Por “en línea”, no me refiero de acuerdo con, sino a unir mis sentimientos con mi comunicación.

Frecuentemente me encuentro asumiendo que otra persona entendió mi contribución pensando que entiendo las señales del lenguaje corporal o de las afirmaciones verbales. Y después me doy cuenta de que sus acciones no reflejaron mis intenciones. Así, me he vuelto más interesado haciendo un chequeo al momento que contribuyo.

Por supuesto, este es un proceso continuo, y sigo aprendiendo en el día a día, a escuchar, observar y checar conmigo mismo y con el otro.

Gracias Michael B. por todas tus contribuciones.

Recommended Posts

No comment yet, add your voice below!


Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *