Por Katia del Rivero

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Hace muchos años, en la primera formación que estudié constelaciones, me sucedió muchas veces que la facilitadora veía algo y yo no lo veía o veía algo completamente diferente.

Cuando preguntaba, siempre se me dijo que estaba equivocada.

Por muchos momentos pensé que jamás aprendería a constelar.

Explorando con los compañeros descubrí que muchos de ellos también veían algo diferente a la facilitadora e incluso diferentes entre ellos mismos.

¿Cómo era posible que en la misma constelación prácticamente cada observador mirara algo diferente?

El año pasado en un foro que tenemos en LinkedIn compartí una fotografía de una constelación y pregunté ¿cuál es la dinámica que observan?

Ninguna contribución fue, ya no digamos igual, ¡ni siquiera similar!

¿Hacia dónde va el tren?

¿Cómo es que sucede esto? ¿Será entonces que las constelaciones no son confiables? ¿O no son claras? ¿O tienen muchas historias en una?

O quizá es que como cualquier otro fenómeno en la vida, sólo es fenómeno para quien lo hace fenómeno y solo representa lo que representa según el observador.

¿Recuerdas un gif de un tren que pasa por una estación y la pregunta adjunta es: ¿hacia donde va el tren, hacia la izquierda o la derecha? La”solución” es “hacia donde elijas”.

Es decir, tú como observador puedes elegir hacia qué lado va. Y lo mismo sucede en una constelación.

Cada observador, sea representante, sea participante, sea facilitador, sea cliente va a “elegir” hacia dónde va su constelación.

Si cada uno elige una “dirección” diferente, ¿cuál es la dirección correcta?

Particularmente creo que ninguna, o todas, depende como quieras mirarlo.

Ninguna, porque ninguna será “absolutamente verdadera” o todas, porque para cada observador “su verdad es la verdad”.

De ahí el gran riesgo de asumir como “verdadera” la constelación que muestra el facilitador, porque ésta es solo su verdad y esta verdad no viene de la constelación, viene de su historia y su sistema de construcción de realidad.

¿Qué alternativas surgen?

1. Dar valor solo a la mirada del cliente.

2. Preguntar al cliente si quiere escuchar perspectivas distintas, recordándole que siempre tiene la elección de tomar o dejar éstas otras miradas.

3. Ofertar la del facilitador, haciendo énfasis que está mirada viene de él y su historia, no de la constelación.

Cuando podemos mirar lo relativa que es la historia que “emerge” en una constelación quizá aprendamos a:

1. Usarla como herramienta, no como marco de descubrimiento.

2. Dar el valor relativo a la información emergente.

3. Usarla solo como insumo a la construcción de nuevas ideas.

Y ahora cuéntame, ¿cuántos cuadros hay en la siguiente figura?

Los que sea que mires, es correcto, para ti. Tú eres el único que elige si con nueva información “miras” más/ menos o no lo miras.

Así con las constelaciones.

En la formación ViSi aprenderás cómo usar la constelación como herramienta, como forma para mirar un cuadro diferente al que has visto hasta hoy. ¿Quieres saber más? Visita nuestro sitio aquí.

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